La Iglesia, llamada a ser servidora de los pobres, es consciente de la necesidad de fortalecer la animación comunitaria que nos ponga en"estado de misericordia" ante toda miseria humana. Esta tarea no es solo una acción individual, sino una misión de la Iglesia -tal y como nos recuerda el Modelo de Acción Social de Cáritas-, ya que la comunidad cristiana es un "espacio abierto al otro, que aspira a construir un nosotros colectivo tan ancho como el mundo, una tierra buena y espaciosa" (MAS, pág. 15). Todo esto, quiere hacerlo saliendo a los caminos, al encuentro de las gentes de nuestro mundo, sobre todo de aquellos, personas y territorios, que sufren la exclusión y la pobreza. Por ello, este documento, nos invita a pensar juntos en cómo salir al encuentro de los demás para edificar la fraternidad que invita, desde la gratuidad de lo no rentable, a una vida en comunión donde encontramos el verdadero sentido de nuestro ser comunitario. Proponemos, tanto a los grupos d
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